TÍTULO ORIGINAL: Paris, Texas.
Travis es un hombre sumido en la más amarga de las perdiciones, la de haber jodido el amor de su vida . Ese hombre, afortunadamente recibirá una segunda
oportunidad para poder arreglar lo que más le importa, coger el toro de la vida
por los cuernos y dejar por sentado que ahora manda él y que nada en el mundo
le va a impedir que cumpla su misión vital. Pero él no podrá estar ahí cuando todo se arregle. La felicidad no es para él,
para llegar a su destino tendrá que abandonar lo que ya perdió. Tan sólo le
quedará un precioso recuerdo, y la certeza de que lo más grande que jamás podrá
tener está a salvo y feliz. Quizás no sea el paraíso, pero estará en paz. Su
viaje existencial ha llegado al puerto que tenía que llegar. Y la prueba de
ello son unas lágrimas imborrables que han brotado tanto por dolor como por
felicidad.
París, Texas: un paraíso lleno de polvo, pero más resplandeciente que ninguno. Una película que no es ni forma ni contenido, sino la emoción misma, una emoción que engulle lágrimas, dolores y tristezas, y que deja un estado de tranquilidad y ese poso que sólo sabe dejar el cine más grande.
AÑO: 1984
DURACIÓN: 148 minutos.
DIRECTOR: Wim Wender
GUIÓN: Sam Shephard (adaptado por L. M. "Kit" Carson)
DURACIÓN: 148 minutos.
DIRECTOR: Wim Wender
GUIÓN: Sam Shephard (adaptado por L. M. "Kit" Carson)
Paris, Texas es una drama y "road movie" del
año 1984, dirigida por Wim Wenders y rodada en inglés en Estados Unidos. Está protagonizada por Harry Dean Stanton, Nastassja Kinski y Dean Stockwell. El título de la película hace referencia
a un solar baldío situado en un pueblo llamado Paris pero, no el que conocemos, sino uno perteneciente al estado de Texas y relacionado
con los recuerdos de uno de los personajes.
Una
road movie consiste como su nombre indica en una película sobre un viaje. Y un
viaje puede dar lugar a infinitas películas, ya que las películas hablan sobre
la vida. ¿Y qué es la vida si no un viaje? Ahora bien, de esas infinitas
películas, "París, Texas" es una entre un millón.

París, Texas: un paraíso lleno de polvo, pero más resplandeciente que ninguno. Una película que no es ni forma ni contenido, sino la emoción misma, una emoción que engulle lágrimas, dolores y tristezas, y que deja un estado de tranquilidad y ese poso que sólo sabe dejar el cine más grande.
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