martes, 24 de mayo de 2022

Cúrame viento, pasa para mí, sálvalos a ellos.

Creo que, desde que tengo uso de razón, soy una persona a la que el paso del tiempo, le agobia. Hay gente que quiere que pasen rápido las cosas monótonas en su vida; pero eso, a mí, nunca me ha pasado. A decir verdad, disfruto, -como decía el protagonista de Las vidas posibles de Mr Nobody- "respirando despacio porque el tiempo se ralentiza". Si tuviera que buscar un porqué lo tendría claro: disfruto - o intento- disfrutar de todos momentos de mi vida, de lo que el destino tiene preparado para mí. 

Sin embargo, en estas últimas semanas busco, paradójicamente, lo contrario. Quiero que pasen las cosas rápido: graduaciones, Evau, curso académico, frustración, nostalgia, confusión, decepción. Todo conforma   una vorágine de sustantivos comunes y adjetivos calificativos que, lejos de aportar sentido a este año, me están complicando una vida que solo quiere que llegue el verano para pasar página en algún lugar de La Rochelle, en Split con amigos, en NY (esto último, recordad,  nunca en Navidad)

Nunca había escuchado a Morgan hasta este año a pesar de las innumerables recomendaciones de algún amigo y, el otro día, me encontré llorando en mi casa como la buena sad girl que soy mientras escuchaba Sargento de Hierro. Carolina de Juan puso nombre de canción a mi estado mental: "cúrame tiempo, pasa para mí"...

Lo bueno que tiene este amigo, el Tiempo, es que siempre, SIEMPRE, pasa. 




No hay comentarios:

Publicar un comentario