Hoy mas que nunca no debería llorar, no debería escribir, debería estudiar, debería disfrutar de todos los motivos que me da la vida para ser feliz, pero no lo hago.
Dicen que "todos los caminos llevan a Roma" que " lo bueno siempre espera a la vuelta de la esquina" dicen... Siempre dicen y no dices.
Parece que todo lo mejor les pasa a los demás mientras tu tratas de esbozar una sonrisa que haga creer al mundo entero que estás bien, que no estás tan perdida como parecías, que tu día no ha sido tan malo como creían o que los problemas están a punto de desaparecer. Pero no lo hacen.
Llegas a casa y las cuatro paredes de la habitación te ahogan, el teléfono te quema y lo que lees te mata. Lloras, y vuelves a llorar una y otra vez como si sirviese de algo. Tomas una taza de té con la esperanza de descongelarte por dentro y por fuera pero ,no funciona, sigues fría. Decides que "se terminó", "se acabó".
Puede que escribir te sirva de algo (para desahogar), y comienzas.... no puedes parar... Te das cuenta de que SÍ que te sirve. Contar las mediopenas, de vez en cuando, ayuda a sentirte un poco menos miserable y menos pequeñita. No sólo tu sufres y, aunque estés perdida, siempre va a estar ahí esa persona que te va a sacar del agujero en el que un hijo de puta te metió.
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