martes, 17 de diciembre de 2013

Marilyn

No es sólo un icono y un mito para el cine, no es simplemente una cara bonita más. La primera belleza americana," la de"  Los hombres las prefieren rubias, la inspiración pin.up... la inigualable y dulce Marilyn.
Su carácter, su belleza y sobretodo, su inteligencia la hicieron no sólo una de las mejores actrices del cine del siglo XX, sino un icono para la mujer del siglo XXI.

51 años después de la muerte este mito mundial (sexual también),  Norma Jeane Mortenson sigue inspirando al mundo del merchandaising, al de la ficción (Mi semana con Marilyn) y, también a todas y cada una de las mujeres de todas las franjas del mundo con frases que, ocurra lo que ocurra, quedaran grabadas en las mentes de cada una de ellas para la posteridad, recordándonos la mas absoluta de las verdad: Que tenemos que estar orgullosas de ser mujeres. 


 He aquí mis favoritas:

“Una mujer conoce sus límites, pero una mujer inteligente sabe que no tiene ninguno”.
 “Siempre habrá una buena razón para quererte. Pueden existir mil razones para no hacerlo, pero no son tan fuertes como para dejar de hacerlo”.
 “La vida es corta… sonríele a quien llora, ignora a quien te critica y sé feliz con quien te importa”
 “Si dejas salir tus miedos, tendrás más espacio para vivir tus sueños”
 “Ninguna mujer depende de un hombre, al contrario, un hombre depende de una mujer hasta para nacer”
 “El amor no necesita ser perfecto, sólo ser verdadero”



AzulOscuroCasiNegro




"AzulOscuroCasiNegro es un estado de ánimo, un futuro incierto, un color. Un color que a veces no reconocemos, que dependiendo bajo qué luz, qué prisma y que actitud se mire, cambia. Un color que nos recuerda que muchas veces nos equivocamos, y a veces las cosas no son del color que las vemos"

Hay minutos que merecen la pena ser malgastados, minutos que dejan  huella en tu vida. Los 105' que se extiende AzulOscuroCasiNegro me dejaron una punzada en el corazón que sólo me pasa una vez cada muy cierto " x" tiempo con una película, y suele ocurrirme con películas que no espero que me "vayan a gustar", pero... ¡Cómo me alegro de equivocarme!

AzulOscuroCasiNegro,  tuvo su debút en 2006, pero tuvo que llegar 2011 para que pudiera deleitarme con el gran trabajo que Daniel Sánchez Arévalo y de su equipo, que no ha sido sólo elogiado por mí ahora, sino también por críticos de la talla de Carlos Boyero "La película que más me gusta de este director", Alberto Bermejo, y por último, (pero no menos importante), mi querido Carlos Marañón. 

Tráiler, líneas argumentales, temas (logrados y trabajados) te incitan continuamente a no despegar la vista de la pantalla. Pero no es lo único que hace este largometraje tan especial, también lo logran personajes como Quim Gutiérrez , (Premio Goya al Mejor Actor Revelación 2007) con su cara de niño bueno y mártir de una sociedad injusta, con sonrisa partida por su diastema tan característica y esos ojos grandes y marrones oscuros (casi negros) que parecen llenar la pantalla por momentos. 

Nadie debería despedirse de este mundo sin haber visto esta pequeña y casi desconocida maravilla ideal para días azules, grises y... ¿Porqué no? También días negros. No deja a nadie indiferente


domingo, 15 de diciembre de 2013

Mi Tesis, gracias Alejandro



La ignorancia y el poco interés por aprender, son cosas que siempre consiguen sacarme de quicio, pero... mas aún si hablamos del poco interés por arte en estado puro. 
Ayer, vi la película Tésis del
cineasta chileno-español Alejandro Amenábar. Muchos pensarán guiados por tópicos totalmente falsos que fue "otra mierda de película española", pero si gozaran de un mínimo de curiosidad, comprenderían que Tésis, por cierto primer largometraje de Amenábar, es uno de los principales films de culto españoles ganadora además de  7 premios Goya de ocho a los que estaba nominada. Pero no me voy a centrar en los premios, sino que  voy a cómo me hizo sentirme... Tesis me sumergió a un mundo paralelo desde el min 0.1 cuando la pantalla todavía estaba negra y sólo había murmullos y curiosidad absoluta. Me hizo sentir el miedo y el desconcierto de la protagonista, y quedarme boqueabierta frente a la pantalla del ordenador sin apartar la vista en ningún momento ( ni siquiera cuando Eduardo Noriega sacaba la navaja del pantalón susurrando "te voy a matar"y deleitaba al público con una cara de demencia escalofriante, que me recordó no sé porqué al brillante Anthony Hopkins en el Silencio de los Corderos).

Si me dejase llevar por la mayoría de las opiniones que veo alrededor de mi entorno, nunca hubiera tenido el gran placer de ver la mayoría de mis películas favoritas, algunas de ellas sí, españolas. Para los que tengáis curiosidad por este arte supremo que yo llamo cine, dejo estos títulos que seguramente os hagan cambiar de idea al igual que a mi sobre el cine de nuestro País: Viridiana, de Luis Buñuel, Hable con ella, de Pedro Almodóvar, Amanece que no es poco, de Jose Luis Cuerda, Mar Adentro, de Alejandro Amenábar, Te doy mis ojos, de Icíarr Bollaín , La lengua de las mariposas, de Jose Luis Cuerda, El laberinto del Fauno, de Guillermo del Toro, El día de la Bestia, de Alex de la Iglesia, Celda 211, de Daniel Monzón, AzuloscuroCasiNegro, de Daniel Sánchez Arévalo. A mi,me han tocado de una forma indescriptible el corazón. 

sábado, 7 de diciembre de 2013

El Origen

No era sábado, era un viernes como otro cualquiera. 

Volvía de la facultad y me encontré con una casa más vacía de lo común, mas fría de lo que solía ser los días de diciembre antes de encender la calefacción. Me quité la ropa lo mas deprisa que pude mientras el frío invadía cada centímetro de mi pálida piel. Me pue un pijama color gris de franela y me até con desdén el pelo en una goma del pelo. 
Minutos más tarde, me encontraba sentada en mi escritorio color nacarado y encendiendo aquel viejo ordenador (a día de hoy totalmente resquebrajado) con una sensación de malestar que llegaba de mi nuca hasta el cóxis. 

Algo no estaba bien, pero yo no quería verlo, prefería engañarme... y así lo hice. Me sumergí dentro de la pantalla del ordenador, sin hacer caso ni al teléfono ni al móvil mas de dos y tres pares de veces... a la cuarta (todavía no entiendo porqué ese número), paré en seco lo que estaba haciendo y respondí de forma inmediata a la llamada de mi madre. Yo no hablaba, solo me dedicaba a  escuchar lo que su voz titubeante y llorosa trataba de decirme mientras que yo a su vez comenzaba a sentir una sensación de de un nudo en mi garganta perforándome por dentro. Sin poder contener las lágrimas, colgué y tiré el teléfono contra el armario empotrado. Mis sospechas se habían confirmado pero yo seguía sin querer creérmelo. 

Busqué en Internet y vi la esquela tu esquela con los ojos llenos de lágrimas. Acto seguido, saqué la ropa negra y la arrojé al suelo, mientras dejaba desplomarse a mi cuerpo encima de la cama como si de una hoja se tratase. Me metí dentro del nódico y comencé a maldecir a todos y cada uno de los parásitos de la sociedad, a cada asesino, a cada impío, a cada pecador. Lloré, lloré mucho. Hasta que mi cabeza casi reventó. 


Y a partir de ahí, fue cuando comencé a madurar. 


lunes, 24 de junio de 2013

Nunca iremos a Nueva York por Navidad

Me levanto todos los dias con la misma necesidad: tragar bocanadas de aire puro, deshacer los nudos que rodean mi tráquea, volver a sentir el aire flotar por mis pulmones. Pero,  ¿Qué pasa cuando respiras y sientes como si te ahogases? ¿Qué ocurre cuando sientes absenta y no aire devorando tus pulmones? ¿Qué pasa cuando no puedes ni quieres volver a respirar?
Mas de medio año después del primer síntoma de esa enfermedad sigo sintiendo ese aroma a absenta puro devorando mi tráquea: un aroma que me inunda y me impide hablar, que me irrita, que me sigue haciendo llorar. 
Sigo negándome, sigo incapaz de ver esta triste realidad, pero cada vez que visito Uria,  la Catedral, la Losa, la Llana del Monte o, fácilmente, ese jodido  hospital: me vuelvo a inundar. Me ahogo,  me vuelvo a desesperar. 
El tiempo sigue pasando, y algún día no muy lejano, podré comprender y aceptar que ya no estarás los sábados esperándome con la paella en la mesa para comer, ni sentada en el taburete mientras te aliso el pelo para irnos a los mercadillos del San Francisco en Navidad, no me dirás enésima vez lo mucho que te gusta oirme cantar,  ni me repetirás (a pesar de estar toda la semana juntas)  "que poco me vienes a ver", nunca iremos a Nueva York en Navidad, ni volveremos al Museo de Pérgamo, ni tampoco a Kurfusterdamm. 
No me dirás lo guapo que "ye Asturies" ni iremos a la manifestación de la Llingua. Y, por último, tampoco podré decirte lo mucho que me duele no poder verte más.