Lo que antes eran lágrimas,
ahora se convirtió en angustia.
Lo que eran gritos, en recuerdos.
Lo que no entendía ni asimilaba,
cada día se convierte en realidad.
Pero no duele menos, sino mas.
No me despierto, porque simplemente no puedo soñar.
No se me olvida, ni me deja en paz.
Solo aprendo a vivir con ello, sin mirar atrás.
Pasan los días: siete, o ocho quizás,
la gente lo olvida, menos los que la queríamos de verdad.
Las personas me dicen, "poco poco, pasará"
Pero se que no y eso me angustia mas.
No pido milagros, ni hechizos para olvidar,
porque ese dolor me dice que existió de verdad,
tan solo pido dos simples cosas para Navidad:
Que descanses en paz, y que estes dónde estés,
me ayudes a seguir otras dos semanas mas.